Vacunación u ozono
Fue el trabajo de Louis Pasteur, Edward Jenner, Rudolph Virchow, Robert Koch, Paul Ehrlich y Emil von Behring el que trajo la teoría de la vacunación extendida, basada en la idea de producir anticuerpos en la sangre para ayudar al sistema inmune a identificar y atacar gérmenes invasores. A lo largo del trabajo de Antoine Bechamp, William F. Koch, Royal Rife, Gunther Enderlein, Carl Edward Rosenow, Otto Warburg y Gaston Naessens, se demuestra como errónea la hipótesis original de esta teoría en relación al sistema inmune del cuerpo.
Los tan nombrados malos virus y bacterias contra los que lucha la medicina moderna con su enorme arsenal de drogas farmacéuticas son en realidad los gérmenes de la vida. Estos gérmenes de la vida viven en simbiosis con el medio nutritivo que constituye nuestro cuerpo, permitiéndole fortalecerse y luego descomponerse, y ser metamorfoseado y recreado. Estos gérmenes son cambiadores de forma pleomórficos controlados por el medio en donde viven. Los gérmenes no son algo separado, aislado, hostil y venidos desde afuera, sino más bien son el fundamento de toda vida. Sin gérmenes, no hay vida. Su número es infinito. Sus funciones son variadas. Los gérmenes pueden cambiar de forma, juntarse, separarse nuevamente y volver a su condición primordial. Los virus, bacterias y hongos son diversas formas de desarrollo de los gérmenes. El medio nutritivo en el cual los gérmenes prosperan determina el tipo de desarrollo que sufrirán.
A principios de este siglo, el Dr. Carl Edward Rosenow de los Laboratorios Biológicos Mayo comenzó una serie de experimentos en los cuales tomó cepas bacterianas distintivas de un número de fuentes de enfermedades y las colocó en una cultura de medio uniforme. Con el tiempo, todas las cepas distintivas cambiaron y se convirtieron en una clase uniforme. Mediante repetidos cambios culturales, él pudo modificar individualmente las cepas bacterianas, haciendo 'patogénicas' las más inofensivas, e invertir el proceso. Concluyó que el factor crítico que controla la naturaleza de la bacteria eran los alimentos y el medioambiente en que vive. Estos descubrimientos se publicaron por primera vez en 1914 en la Revista Enfermedades Infecciosas.
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